Dr. Miguel Ángel Colín García
La intolerancia a la lactosa (LI) se caracteriza por vómito, diarrea, flatulencias y dolor abdominal resultantes de la fermentación colónica de lactosa, cuya absorción está alterada debido a una deficiencia en la enzima B-galactosidasa llamada lactasa-florizina hidrolaza (LPH).
En dos tercios de las personas adultas los niveles de esta enzima disminuyen drásticamente después de la ablactación.
La sintomatología gastrointestinal puede modificarse por varios factores, incluida la dosis de lactosa, la expresión de lactasa residual, la ingestión simultánea de otros componentes de la dieta, el tiempo de tránsito intestinal y la composición del microbioma entérico.
La microbiota intestinal se puede modular mediante la suplementación probiótica, que puede aliviar los signos y síntomas de LI.